sábado, 25 de abril de 2009

Y... la bola crece


Por Marta Nin
Directora adjunta de Casa Amèrica Catalunya
y comisaria de "Ausencias"

Recuerdo el impacto que me hizo –hace ahora más de un año- leer la propuesta de Gustavo Germano; un fotógrafo argentino afincado en Barcelona, a quien no conocía. Apenas tres folios. Una idea edificada sobre un concepto bello y simple. Limpio. Sin artilugios, ni intencionalidades efectistas. Contundente en su perfecta sencillez. Gustavo Germano no necesitó un book de fotos para convencerme; proponía enfrentarse al dolor a través del intangible. Sin artificios. Quería ubicar fotográficamente a quien ya no está: la ventaja del arte como canal de cambio, de comunicación, de convencimiento, de emoción, de rebeldía, de militancia para con el recuerdo.
Cuando al cabo de tres meses Germano regresó de la provincia argentina de Entre Ríos con las primeras pruebas, el dolor ajeno me encerró en agua los ojos. La sensación duró segundos. Curioso, pensé. Yo ya estaba preparada para lo que iba a ver. ¿O no? Son sólo dos fotografías juntadas en una misma página. Dos hombres jóvenes saltan. Un hombre canoso salta. El mismo campo. El mismo verde.
Ausencias. Esta exposición conmueve, remueve, provoca, hiere en lo profundo, sintoniza con el público en una frecuencia universal. Emociona. Ese es su acierto. Su magnífico potencial. Desde el Conseller de la Generalitat de Catalunya, Joan Saura, hasta la diputada chilena Isabel Allende, pasando por el cantautor uruguayo Jorge Drexler o el cineasta catalán Manuel Huerga, la argentina responsable en materia de Derechos Humanos, Judith Said, el “luthier” Carlos Núñez Cortés, el escritor venezolano Luis Britto García, el dibujante gráfico brasileño Ziraldo Alves, el escritor y periodista argentino Horacio Verbinstky o el secretario general iberoamericano, el uruguayo Enrique Iglesias. Y tanto público que no ha dejado su nombre de pila pero sí sus emocionadas impresiones. 'Ausencias' no deja a nadie indiferente. Es imposible. Las fotografías, sus similitudes y diferencias, consiguen – una y otra vez - un pedazo de silencio, de tiempo suspendido, de interior.
'¿Por qué una institución como Casa Amèrica Catalunya apuesta por una exposición tan política?' me preguntaron en una entrevista. Tuve que repetirme la pregunta mentalmente varias veces. Sí claro, 'Ausencias' es una exposición política. Incluso; 'tan política'. Pero esa no es su carta de presentación, ni tampoco el poso que deja cuando abandonas la sala. 'Ausencias' es sobretodo una exposición ciudadana o de ciudadanos que se exponen. Esposas, hermanos, cuñadas, hijas, madres, amigos: ciudadanos y ciudadanas que un día vivieron el infierno de la violencia que ejerció contra ellos el gobierno de su país. Ciudadanas y ciudadanos que con su actitud cómplice y militante dicen: estoy aquí para que veas quien no está, practico el recuerdo para que el silencio no gane la partida, por eso me expongo y me dejo fotografiar.
Más allá de los evidentes posicionamientos políticos, ante las fotografías del álbum familiar de allá, el ciudadano de acá reflexiona, reacciona desde un universo que justo acaba de compartir. 'Ausencias' trabaja con un material sensible: la fotografía que inmortaliza lo cotidiano, lo pequeño, lo propio. Un material ante el cuál es imposible permanecer insensible. Por eso 'Ausencias' cosecha tan calurosas acogidas, por eso convence de manera tan abrumadora. Y por eso hemos recibido tantas felicitaciones por 'Ausencias'. Porque si algo ha conseguido Gustavo Germano con su apuesta conceptual es acercar el horror a los más cotidiano. Sin estridencias. Sin espectáculo. Sin escenificaciones de impacto.
A partir de finales de diciembre, "Ausencias" dejará la capital catalana y empezará un largo viaje: Madrid (Casa de América/enero), Lleida (14ª Mostra Cinema Llatinoamericà/marzo), Buenos Aires (Centro Cultural Recoleta/febrero), Paraná -Entre Ríos- (Museo Provincial de Bellas Artes/abril), Palacio de la Moneda (Santiago de Chile/julio), Museo Difuso della Resistenza (Turín/mayo). Y la lista sigue aumentando: Rosario (Museo de la Memoria), Asunción de Paraguay, Cornellà, Sant Joan Despí… Cada nueva visita que recibimos propone una nueva itinerancia para la exposición.
En la capital de la República de Argentina, AUSENCIAS será inaugurada, el 26 de febrero por la nueva presidenta electa argentina Cristina Fernández de Kishner. En abril la exposición “regresará” a Paraná, donde la gente del Registro Unico de la verdad, de la Agrupación HIJOS (regional de Paraná ) y de AFADER podrán compartir con Gustavo Germano la materialización del trabajo y apoyo que le brindaron –en todo momento- desde hace año y medio atrás. En julio, en Santiago de Chile, La Fundación Allende buscará la complicidad de la presidenta Michele Bachelet para que abra esta muestra. El Museo Difusso de la Resistenza de Turín quiere traducir el catálogo de la exposición (actualmente en versión bilingüe catalán/castellano) al italiano. 'Ausencias' no para de sumar complicidades. Como diría Gustavo Germano: 'y… la bola crece'. Porque la propuesta conceptual de 'Ausencias' consigue comprometer al visitante desde el primer minuto. Y con su planteamiento golpearnos en los más profundo del subconsciente mientras nos cuenta que practicar la memoria es un ejercicio de coraje y de honestidad, no de rencor. Y ahí es donde la lección de 'Ausencias' va directa al estómago, al cerebro y al corazón.
Una playa en blanco y negro. Dos cuerpos tumbados en luna de miel. Una playa en color. Mar. Arena.
Ausencias.

Prólogo. Por Horacio Verbitsky

Por Horacio Verbitsky
Escritor y periodista argentino

La desaparición forzada de personas que debían esfumarse en la nada fue el método elegido por la dictadura argentina de 1976-1983. Según varios de sus jefes, así buscaron evitar la condena de la Santa Sede, con la aprobación sigilosa de la jerarquía argentina. Pero a cambio consiguieron que aquel pasado atroz llegara a ser un insomne presente perpetuo, como la maldición que Neruda pensó para Franco. Más que los juicios penales, las investigaciones periodísticas o los ensayos filosóficos, el arte da cuenta del vacío lacerante que la ausencia inexplicable provoca. Como las esculturas de Juan Carlos Distéfano o los poemas de Juan Gelman, los cuadros de Carlos Alonso o los del español Ramos Gucemas, las fotografías de Gustavo Germano y los puntos que en cada leyenda reemplazan al nombre ausente evocan ese trauma fundador de la identidad argentina contemporánea y nos introducen al misterio del tiempo con la muda violencia de un gesto congelado.

Ausencias

«Ausencias» es un proyecto expositivo que, partiendo de material fotográfico de álbumes familiares, muestra catorce casos a través de los cuales se pone rostro al universo de los que ya no están: trabajadores, militantes barriales, estudiantes, obreros, profesionales, familias enteras; ellas y ellos, víctimas del plan sistemático de represión ilegal y desaparición forzada de personas instaurado por la dictadura militar en Argentina entre 1976 y 1983.     

El fotógrafo argentino radicado en Barcelona, Gustavo Germano, regresa treinta años después, acompañando con su cámara a los familiares y amigos a los mismos lugares para, en similares condiciones, volver a hacer aquellas fotografías, ahora con la hiriente presencia de la ausencia del ser querido.   

Los trabajos, expuestos en un diálogo constante entre el antes y el ahora, muestran los cambios en el entorno, el paso de los años y esos dos tiempos en un imposible paralelo de presencia-ausencia.  

«Ausencias» busca y encuentra en la complicidad de los familiares su razón de ser. En su actitud militante, los familiares de las víctimas reivindican, posando ante la cámara, el espacio que también tendría que haber sido ocupado. Y en ese vacío, vemos a los que ya no están.